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Capítulo 4 – Pesadillas.
En ese mismo momento, al otro lado de las montañas de Cordell, en un refugio excavado en la roca, aparecieron Zrein y Kain, en una gran habitación acolchada y de color blanco. En aquella habitación estaban tumbados en el suelo los amigos de Kain. La chica observó a los seres que acababa de rescatar: el joven esherian, la guerrera, el hombre fortachón, el lobo blanco y el caballo. Les tomó el pulso y se alegró de que todos siguiesen vivos, entonces abrió la puerta y salió de aquella habitación, se quedó unos segundos pensando y fue hasta otra habitación, en ella había 2 camillas con ruedas. Justo lo que necesitaba para transportarlos a todos. -ZREIN: Está todo preparado, tal como decía.- Sacó un papel de su bolsillo y leyó la instrucciones que le dictaban aquella carta. Después se dirigió a la habitación donde descansaban los heridos, tenía que transportarlos hasta las camas. Primero se acercó al herrero, que parecía estar en peor estado que los demás. La pequeña hechicera cerró los ojos y un aura morada envolvió su ser. Con ese conjuro hizo levitar a Zappa suavemente hasta colocarlo sobre la camilla. Después condujo la camilla hasta un dormitorio y lo dejó próximo a la cama. De nuevo con un gran esfuerzo mental hizo levantar de nuevo al hombre hasta colocarlo en la cama. Estuvo inspeccionándolo durante un par de minutos, tenía varias lesiones y magulladuras, pero no parecía tener lesiones internas severas. -ZREIN: ¡Menos mal!- dijo con gran alivio. Después se acercó hasta un armario y buscó los medicamentos adecuados. Antibióticos, algodones, gasas, agua oxigenada, tijeras, esparadrapo y ungüentos cicatrizantes era lo que necesitaba. Se sentía un poco mareada al ver las heridas de aquel hombre, pero tendría que reprimir su aversión a la sangre. Aquel pobre herrero necesitaba su ayuda. Se puso unos guantes de látex y primero lavó las heridas con agua oxigenada. Puso un poco de ungüento en cada herida y los cubrió con las gasas. Después cogió una de las agujas y le inyectó los antibióticos. El primer paciente ya estaba listo, volvió a la sala y estuvo un rato pensando quien podría tener prioridad. Parecía que el lobo era el que estaba en peor estado. Repitió el proceso de transportarlo en camilla hasta las camas y utilizó las tijeras para cortar el pelo cercano a las heridas. -ZREIN: Pobre animalito… Vaya… parece ser que ha sido sanado recientemente- dijo mientras inspeccionaba las cicatrices que habían sido curadas por Beatrix. Entonces fue a por la chica, pero al elevarla y colocarla sobre la camilla las gemas de kasengterita cayeron de sus bolsillos. Zrein se agachó y las recogió, la piedra azul oscura se puso a palpitar mientras que la verde permaneció fría. Parecía que la gema morada de su colgante tenía alguna relación con la gema oscura, pues su colgante se puso a pendular dirigiéndose hacia aquella gema. -ZREIN: Entonces ya somos cuatro… Guardó las gemas en los bolsillos y llevó a Beatrix hasta una cama que estaba al lado de otro lecho ocupado por alguien pequeño cubierto por las mantas. Desinfectó las heridas de la guerrera y la miró con curiosidad. La esher que vivía en ella parecía también estar muy debilitada. Necesitarían mucho reposo para recuperarse las dos. Zrein estaba muy seria, con su fino oído percibía la débil voz de la esher de Beatrix. Pero no le gustó lo que oyó. Se alejó de la cama de Beatriz y se dirigió hacia una mesa. La niña se quitó su colgante, y dejó las tres gemas sobre la mesa, en ella había otro colgante con una gema blanca. Las gemas blanca y verde parecían tener afinidad y en seguida se movieron solas hasta aproximarse, mientras que las gemas oscuras se habían desplazado al otro extremo de la mesa. -ZREIN: Luz y vida… ¿Porque yo no seré capaz de usarlas?- Dijo tristemente.- Presiento que sé como usarlas pero las gemas me rechazan… En cambio las otras dos…- Cuando iba a coger la gema azul oscura, Zrein fue interrumpida por los relinchos de Bokko. La chica salió corriendo hasta la habitación blanca y vio con alivio que el caballo, estaba tan sólo lamiéndole la cara a Kain. -ZREIN: ¡Menudo susto me has dado! Bueno, por lo menos no pareces haber sufrido ningún daño, tan sólo te habían debilitado temporalmente. – Zrein acarició al caballo y lo sacó de la habitación por las riendas. Bajaron por una rampa que conducía hasta una puerta, la abrió y dejó al caballo en una pradera. El animal, se puso feliz al ver los prados frescos y se dispuso a comer apaciblemente. Zrein se quedó pensativa mirando a lo lejos, donde antes debería de estar la ciudad de Zorken, no quedaba nada más que un inmenso cráter negro. Suspiró con tristeza y volvió dentro. Regresó a la habitación blanca y estuvo durante un par de minutos observando a Kain muy pensativa. La extracción del demonio había sido realizada con éxito. Pero tenía que asegurarse que su alma no estuviese ligada aún con él. No podía arriesgarse, aquel esher maligno seguía cerca, y podría volver en cualquier momento. Elevó a Kain del suelo como a los otros y lo dejó en la última cama. En un principió a Zrein le pareció que estaba bien, pero se había equivocado. Kain se hallaba en un sueño profundo, seguía aletargado por culpa de Red Shadow y atormentado por el Esherian en sus pesadillas. Fue entonces cuando sonaron los quejidos de una personita en la cama que estaba a la izquierda de Beatrix. Zrein dejó a Kain y fue corriendo a buscar un barreño de agua fría. Desarropó a la chiquilla y le puso un paño húmedo en la frente. Aquella niña era de piel morena, y exótica, pues su cabello era de color morado y tenía las orejas muy largas, incluso mayores que las de los elfos. Tiritaba mucho y tenía mucha fiebre. La chica estaba muy preocupada, pues no podía hacer nada por ella, había sido victima de un conjuro de magia maldita. -ZREIN: Espero que la lusitaurina despierte pronto. Ella podrá sanar a la esherina.- Se quedó observando a los heridos durante unos instantes. La chica presintió que había algo más en los bolsillos de los aventureros que podría ser de su interés. Se acercó hasta Beatrix y le registró los bolsillos de nuevo hasta encontrar las cartas de Kain y la suya. Zrein las estuvo leyendo detenidamente, y luego otra de su bolsillo para compararlas e interpretarlas a su manera. La carta del chico tenía grabado en el sello un símbolo de dos bichitos que se perseguían, la de la lusitaurina le recordaba a dos personitas dándose la mano, y en la suya propia, un símbolo con forma de m, que según su criterio le recordaba la M de maldición. Leyó su carta de nuevo, aunque ya la conocía como la palma de su mano. -ZREIN: “Has sido traída a este mundo con la misión de ayudar a cambiar nuestro destino. Tu verdadero nombre es Zrein, por si no lo has averiguado aún. Tengo esperanzas en que cumplirás las tareas que te serán encomendadas, pues si tienes éxito serás liberada de tu maldición. Para ayudarte en tu tarea recuperarás un objeto que perteneció a tus antepasados. Úsalo sabiamente, pues potenciará tus poderes naturales y te ayudará a controlarlos, por nada del mundo ni se te ocurra deshacerte de tu gema de kasengterita. Has de seguir el recorrido que se te ha indicado en el mapa. Tu primer objetivo será liberar a la princesa Reia de su prisión en la ciudad de Zorken. Las siguientes instrucciones llegarán pronto, permaneceremos en contacto.” Cuando llegó a este mundo Zrein pensó que era una carta alentadora, y llena de esperanza, ¿se acabaría su maldición pronto? Tan sólo tenía que rescatar a alguien en apuros como en los cuentos. Siempre había estado bajo las órdenes de alguien, ya había cambiado varias veces de dueño en su corta vida, y siempre seguía las instrucciones que los demás le decían. Pero como siempre, había sido traicionada. Pero ellos no tenían la culpa de sus problemas, además parecían buenas personas. Había algo en su interior que lo obligaba hacer algo por ellos. Zrein, se sentó en una silla entre la cama de la niña y de Kain cerró los ojos y recordó los acontecimientos que le habían conducido a aquel lugar: ********** Estaba en una furgoneta a oscuras, entre un montón de cajas de falsa carga, acompañada de un tipo al que no había visto nunca. Ambos llevaban los uniformes rojos de “La Resistencia”. -HOMBRE: ¿Ya Sabes lo que tienes que hacer? -ZREIN: Sí, señor. -HOMBRE: Si fracasas no podremos volver a por ti, así que más te vale que regreses por ti misma. Limítate a memorizar los datos y después borrarlos del ordenador central. No toques nada más. -ZREIN: ¿Pero, y si ella estuviese ahí? -HOMBRE: La capturas y la traes de vuelta, y si opone resistencia, acaba con su vida. -ZREIN: Sí, señor. -HOMBRE: Eso es todo por ahora.- Zrein asintió en silencio y apoyó la cabeza sobre sus rodillas. Estuvieron durante media hora de viaje más en silencio, aquel tipo, la miraba con desprecio, y sentía que no iba a poder ser capaz de cumplir la misión. Pero tendría que ser fuerte, después de esto se acabaría todo. -HOMBRE: Ya hemos llegado, cuando finalices te enviaremos por radio nuestras coordenadas. Zrein asintió de nuevo y bajó de la furgoneta, iba a demostrarles a aquellos tipos que podía ser incluso mejor que ella. Al fin y al cabo ella era tan solo una humana. Escuchó con atención los guardias que estaban a lo lejos. Activó el dispositivo de invisibilidad y se acercó sigilosamente hasta la puerta. -GUARDIA 1: ¿Tío has escuchado eso? -GUARDIA 2: No estoy seg… uggh- Ambos hombres se desplomaron y Zrein pasó por su lado sin ni siquiera mirarlos.
Y entró en el aquel edificio, un lugar frío, de metal blanco inmaculado, luces cegadoras y un silencio sepulcral. Su pequeño corazón latía con fuerza y miraba de reojo por todos lados. Cerró los ojos y recordó los planos que había tenido que memorizar aquella mañana. Le habían ordenado que subiera por los conductos de ventilación para llegar discretamente hasta la sala de máquinas. Caminó con ligereza hasta llegar al punto indicado, pero, allí estaba ella esperándola, recostada en la pared. Vestida de negro como siempre, Aris era una chica de veinti-pocos años, de ojos violetas y con el pelo de un llamativo color granate. Hacía un mes que no sabía nada de ella. Recordaba con odio el día que la abandonó, el mismo día que traicionó a “La resistencia” y decidió ir por su cuenta. -ZREIN: ¿Qué haces tú aquí, Aris?- preguntó incomodada por su presencia. -ARIS: Lo mismo que tú supongo. Venga, ven conmigo, vamos juntas. -ZREIN: Vale…- dijo sin tener otra alternativa. -ARIS: Así me gusta, buena chica.- dijo mientras ponía su mano sobre su hombro. Zrein se encogió, no estaba acostumbrada al contacto humano. -ARIS: No te preocupes, ya verás como nos sale todo bien estaba vez. Estuvieron un tiempo caminando en silencio por los solitarios pasillos, parecía que Aris, había adelantado mucho trabajo. ¿Qué habría hecho con todos los guardias? ¿Por qué no quedaba absolutamente nadie trabajando? ¿Es que nadie había alertado la invasión de las dependencias? Todo esto le hacía sentirse incomoda, sospechaba de que un peligro oculto les estaría esperando. -ZREIN: Aris tengo miedo. -ARIS: ¿Miedo? ¿Pero si tú nunca has tenido miedo?- dijo riendo, pensando que era una broma. -ZREIN: Esta bien… no es nada.-intentó serenarse y fingir que sus preocupaciones no tenían importancia. -ARIS: ¿Qué te pasa? Estás muy rara. -ZREIN: Estoy bien en serio, ya se me pasará. -ARIS: Entonces vamos.- dijo mientras se encogía de hombros Ambas chicas avanzaban con paso ligero, por aquellas instalaciones. No había ni rastro de las cientos de personas que deberían de estar trabajando allí. Zrein se detuvo en seco y recordó los planos, estaban yendo por el camino incorrecto. -ZREIN: ¿Pero la sala de maquinas no era por allí?- dijo mientras le enseñaba una copia del plano.- ¿A dónde vamos? -ARIS: Ah, sí, primero vamos a otro sitio. -ZREIN: Aris, “La Resistencia” me han ordenado que vinieses conmigo, después de que sacase toda la información. -ARIS: ¿Ya estamos otra vez con lo mismo? ¿Qué te han dicho esta vez?- dijo riendo con ironía. -ZREIN: Que si lo hacía… dejaría de tener pesadillas. -ARIS: ¿Tienes pesadillas? ¿Desde cuando?- Fue entonces cuando dejó de sonreír y prestó con atención a la pequeña. -ZREIN: Desde siempre… -ARIS: ¿Y por que no me lo dijiste antes?- dijo muy preocupada. -ZREIN: Bueno, antes no le daba importancia, pero ahora incluso veo cosas estando despierta. -ARIS: ¿Qué cosas? -ZREIN: Es como si estuviese soñando y me viese a mi misma… haciendo cosas, es una sensación muy rara. Pero no te preocupes, me han dicho que con medicación eso se podría arreglar. La culpa fue mía por escaparme contigo del nivel 4. -ARIS: ¿Quieres volver a los laboratorios Tiskars?, ¿Estás loca? ¡Si estabas deseando de escapar! -ZREIN: No, no quiero volver… pero, es que... los echo mucho de menos, ¿que habrá sido de ellos? ¿Dónde estará Guru Guru, ahora?, ¿le tratarán bien? ¿Y Nené, cómo estará ella? -ARIS: Guru Guru está bien, fue adoptado por una buena familia. -ZREIN: ¿De verdad? ¿Cuándo? -ARIS: Creo que hace un par de meses, y de Nené, lamento decirte que no sé mucho de ella. -ZREIN: ¿Pero sabes algo? -ARIS: De eso quería hablarte. Sé que también tenía pesadillas, como tú. Pero desde que está con ellos le ha cambiado mucho el carácter. Ya no es la misma… -ZREIN: ¿Qué quieres decir? -ARIS: Si antes ya era un poco egocéntrica, desde que está con su padre se ha vuelto insoportable. ¿Era tu amiga verdad? -ZREIN: Sí, pero ella les prefirió a ellos antes que a mí.- dijo agachando la cabeza tristemente. -ARIS: Pues yo creo que necesita de nuestra ayuda. ¿Te apuntas? -ZREIN: ¿Apuntarme? -ARIS: Quería decir, que si quieres venir conmigo para ayudarla. -ZREIN: ¿Ayudarla a que? -ARIS: A averiguar el significado de nuestras pesadillas… *********** Zrein se sobresaltó mucho al sentir que alguien le agarraba del brazo. Era el chico al que había salvado del demonio. Estaba murmurando en sueños y le agarraba fuerte del brazo. -ZREIN: ¿Tú también tienes pesadillas verdad?- dijo con compasión, le retiró el brazo y le arropó.- No te preocupes, ahora que estoy aquí las cosas van a cambiar, esta vez no estarás solo.- Zrein se sorprendió a si misma con estas palabras, además no sabía porque Kain le caía tan bien, sentía como si lo hubiese conocido en otra vida o algo parecido.
Era una sensación muy extraña, tenía ciertos vagos recuerdos de aquel joven, pero por una parte, parecían fragmentos de un pasado lejano, como si Kain hubiese sido como un padre para ella, y por otro lado, no había conocido a aquel chico en su vida, tenía el presentimiento de que todas las visiones que había tenido sobre él iban a ser su futuro destino.
Aun así, sabiendo lo que podría haber pasado, había conseguido cambiar las cosas, los amigos de Kain no habían perecido bajo el influjo maligno de Red Shadow. Pero ahora estaba perdida y no sabía que hacer. ¿Y si había cambiado la historia?, ¿tendría nuevas versiones de sus visiones? O seguiría soñando con lo que podría haber pasado, y ahora no podría saber lo que se les avecinaba…
-ZREIN: De todas maneras me alegro de haber desobedecido las órdenes de la última carta. Ellos no tenían ningún derecho de haberte impuesto aquella carga. Zrein bostezó y se desperezó. Estaba agotada, había tenido demasiadas emociones lo últimos días. Y además había descubierto algo insólito en ella: por primera vez no estaba a cargo de nadie, sino que esta vez tenía bajo su protección a aquellas personas, que ni siquiera deberían de estar vivas.
Ya era bastante tarde, y estaba hambrienta. Se acercó hasta un armario y sacó una sartén, un plato y una espumadera. Colocó la sartén sobre un soporte situado en la chimenea, y fue hasta la despensa.
Esta vez cogió un par de huevos y una tinaja de aceite. A continuación echó un poco de aceite en la sartén, y después se alejó un poco. Extendió su brazo y dirigió la palma de su mano hacia las brasas. A los pocos segundos un tímido fuego emergió hasta hacerse lo suficientemente grande para calentar la sartén. Casco los huevos y los dejó freír. Espero a que la puntilla estuviese dorada y los sirvió en el plato.
Fue hasta la despensa de nuevo y sacó una ensalada que ya tenía previamente preparada, cogió una manzana, un pedazo de queso, otro de pan, un par de cubiertos y se dispuso a comer.
No entendía porque el escritor de la carta se había tomado tantas molestias, preparándole aquel refugio, si por otra parte no confiaba totalmente en ella. Mientras comía un pedazo de pan manoseaba otra carta que tenía guardada en sus bolsillos. La sacó y la puso en la mesa junto a las otras cartas.
Esta última tenía grabado en el sello un símbolo con forma esquemática de toro. Zrein leyó con disgusto de nuevo las últimas líneas de aquel pergamino.
“Lamento decirte Reia que tendrás que enfrentarte a un peligro inesperado, esta vez deberás evitar la aniquilación de Zorken, habrá que posponer la búsqueda del joven perdido en los bosques de Tanne. Vendrá una criatura maligna con forma de niña, no te fíes de ella ni aunque asegure que viene en tu ayuda. Por el bien de todos esa criatura maldita no debería seguir existiendo.”
A Zrein le resbalaban las lágrimas por las mejillas, mientras, apretaba enfurecida la arrugada carta. Terminó de comer y recogió la mesa. Se acercó hasta la cama de la niña y le cambió el pañuelo húmedo. Tenía muchísima fiebre, y todo por su culpa.
ZREIN: Lo siento mucho… espero Beatrix pueda hacer algo por ti, en cuanto se mejore.
Caminando cabizbaja salió al exterior. Bokko, que estaba acurrucado junto a la puerta se levantó y arrimó su cabeza contra la niña. Zrein le acarició y le tomó por las riendas. Ambos entraron en el refugió y Zrein lo llevó a un pequeño establo.
Volvió a la habitación de los heridos e hizo una nueva ronda para asegurarse de que todo iba bien. Cuando terminó se sentó cansada en la última cama que quedaba libre y quedó pensativa de nuevo.
-ZREIN: Que es lo que puedo hacer… quiero ayudar pero luego todo me sale mal, Aris… ¿Dónde estás? Se secó las lágrimas y abrió un cajón de la mesilla, dentro había un tarrito de píldoras. Ahora ya sólo me quedaran dos, no quiero que pase otra vez…, debo regresar, aunque… esté encerrada… para siempre…, no quiero hacer daño a nadie más…
Cogió el vaso de agua que tenía sobre la mesilla y se tragó una de las píldoras. Cerró el frasco y lo guardó de nuevo en el cajón.
-ZREIN: Sólo tres días, o quizás menos,- pensó ella. Sus desvanecimientos cada vez eran más impredecibles y siempre acaba rodeada de la nada absoluta, como en Zorken. Todavía no podía creer que Reia hubiese sobrevivido a eso.
Se acostó y cerró los ojos, los ronquidos de Zappa se fueron haciendo fuertes, pero estaba tan cansada que ni siquiera le importó. ******************
Mientras tanto en el castillo de Lusitaurus Mórgenes estaba desconcertado y con un sudor frió que le recorría todo el cuerpo.
-MÓRGENES: ¿Y ahora que? Dioses caprichosos… ¿cómo habéis traído a tal peligrosa criatura a nuestro mundo?, bastante teníamos ya con Red Shadow.
¿Y ahora quien controlará al demonio?, ¡Justo ahora que el joven estaba aprendiendo a dominarlo! – El anciano temblaba de rabia y de impotencia.- ¡No se puede cambiar el destino! ¡No de esta forma! ¿Qué es lo que pasará ahora?
El viejo sabio se sentó en su escritorio y se quedó durante un rato con la mente en blanco, con una pluma en la mano. Estuvo así, paralizado con los ojos fijos sobre el blanco papel, sin pensar, sin moverse, sin apenas respirar. Tieso como una estatua se mantuvo así durante dos horas.
Hasta que los ojos se le pusieron en blanco y se puso a escribir frenéticamente, dos hojas enteras fueron rellenadas con su extensa caligrafía. El anciano salió del trance y leyó lo que había escrito. Aterrorizado salió corriendo de su biblioteca y bajo velozmente por las escaleras. Tenía que avisar al consejero del Rey. Los guardias que custodiaban la puerta quedaron atónitos ante la desencajada expresión del Gran Sabio y no le impidieron pasar. Mórgenes abrió la puerta de golpe sin llamar y sorprendió al consejero en pijama
-MÓRGENES: ¡El maligno atacará en menos de 24 horas!- el anciano jadeaba exhausto.
-CONSEJERO: ¡Pero Mórgenes!- dijo malhumorado- ¡Al medio día dijo que iba atacar a media tarde! Y al final hemos malgastado recursos en vano. ¿Qué es lo que pasa ahora? Los soldados están enfurecidos por las guardias extras, los comerciantes enfadados porque han tenido que cerrar antes de tiempo…
-MÓRGENES: La era del caos se acerca, no veo si no, los repentinos cambios en el destino. Debemos de estar preparados.
-CONSEJERO: Si, ya, claro, o los tiempos cambian, o ya está muy mayor. No puedo arriesgarme más a desperdiciar valiosos recursos con simples suposiciones. Usted descanse, que ya es muy tarde.
-MÓRGENES: Pediré consejo a los otros sabios si con eso me toma más en serio.- dijo indignado por su actitud. Pero el consejero poco caso hizo a las palabras de Mórgenes y se metió en la cama.
-CONSEJERO: Ya hablaremos mañana, necesitamos estar descansados para lo que venga.
-MÓRGENES: Pero…
-CONSEJERO: Y la próxima vez llame a la puerta, esto no son modales, anciano…
El viejo indignado salió de las dependencias del consejero dando un portazo.
Subió pesadamente las escaleras y regresó a su habitación, se asomó por la ventana y silbó fuertemente. Después se sentó en su escritorio y se dispuso a escribir de nuevo. La llamada de Mórgenes fue oída por su águila Trill, una majestuosa rapaz de color pardo y blanco. El animal avisó su presencia con un suave chillido y esperó pacientemente, en el alfeizar de la ventana, a que Márgenes terminase de escribir.
-MÓRGENES: Ve a casa de la vieja y entrégale esto.- El anciano le ofreció un bocado al ave y le anudó el mensaje en la pata, poco después el animal marchó y Mórgenes se quedó observándolo en la oscuridad de la noche.
Estuvo un buen rato paseando por la habitación muy intranquilo. La cosa se le estaba yendo de las manos, el demonio había regresado y acompañado del esherian maldito, y no sólo eso, ambos andaban ahora libres, todo por culpa de aquella mocosa entrometida.
-MORGENES: “¿Es que esa criatura no podía haberse limitado a seguir las órdenes que se le habían dado? Ahora por su culpa una de los elegidos corre grave peligro, y además ha sacrificado la vida de un muchacho inocente que ahora dormirá intranquilo con aquellos monstruos en su interior. ¿Y Kain? ¿Cómo va a salir de esta?, Red Shadow lo ha dejado inutilizado, lo que me extraña es que siga aun con vida…”
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Kain estaba soñando los acontecimientos que habían sucedido aquel día: el encuentro con Beatrix, la terrible experiencia de haber sido dominado por aquel monstruo maldito, el horror que le atormentaba por haber sentido placer maltratando a sus amigos. Las risas del demonio y del esherian no desaparecían de su cabeza. Lo último que recordaba era hasta cuando Red Shadow había decidido abandonar su cuerpo y desde entonces estaba encerrado en aquella pesadilla. Llevaba horas vagando por un paraje yermo y de cenizas negras, el cuerpo le pesaba una barbaridad y le costaba respirar. Además escuchaba una y otra vez la voz del esherian. -ESHERIAN: Te veo… te encontraré. Volveremos a vernos, eres mio. Kain era consciente de que era victima de un mal sueño del que no podía despertar, a pesar de lo preocupante de su situación se preguntaba que habría sido del pobre Zappa y de la joven Beatrix. Otra de las preguntas que le rondaban por la cabeza era la de quien sería aquella niña que osó enfrentarse al temible demonio, había algo en ella que le recordaba a alguien. Kain Hizo memoria. Llevaba un colgante morado, un amuleto exactamente igual que el llevaban Sir Xirien, y la joven artista nómada. -ESHERIAN: Te encontraré, volveremos a disfrutar de la sangre juntos, muy pronto, muy pronto. -KAIN: ¡Cállate ya maldito loco! ¡Me tienes hasta las narices! -ESHERIAN: Menuda pieza es la moza, Ha, Ha Ha, ya me la presentarás. -KAIN: ¡Sal de mi cabeza maldito! -ESHERIAN: ¡Eh! ¡No seas egoísta!, ¡La podríamos compartir! ¿No crees? Yo te podría ayudar a encontrarla si tú quisieras. Si no tuviésemos a Red con nosotros te iba a enseñar lo que es vivir la vida, No tienes el carisma que tenía yo cuando aun poseía mi cuerpo, pero creo que podríamos pillar unas cuantas chicas ¡ja, ja, ja! -KAIN: ¡Te he dicho que te calles maldito pervertido! En cuanto despierte os ajustaré las cuentas. No eres más que un estúpido engreído. Mira que haber sido engañado por una simple niña. -ESHERIAN: ¡Ese fue Red!, y además esa no era una simple niña. Tengo mis sospechas de lo que puede ser pero me tiene confuso. Tiene una energía bastante caótica. Quizás podríamos agregarla a nuestras reservas de energía. Cuando destruyamos Lusitaurus iremos en tu búsqueda y luego a por la mocosa. -KAIN: No me interesan ni tus excusas ni tus planes. ¿Eres tú el que me retienes? ¿Por qué no puedo despertar? -ESHERIAN: ¿No lo sabes?, es una lastima, eras un buen cuerpo, pero a Red eso le da igual. Mira ambos estamos retenidos por su culpa, pero yo te podría ayudar si tu me ayudas… -KAIN: ¿Que planeas bellaco? Yo no hago tratos con asesinos. No pienso rendirme fácilmente, ya conseguiré salir de este maldito sueño yo solo. -ESHERIAN: Eso ya lo veremos ¡Mwua, ha, ha, ha! ¿Y si Red no cambia de planes y pasamos de ti? Quedarás soñando de por vida. ¿Cómo la bella durmiente? ¡Ja, ja, ja! Eso estaría bien, solo que no habrá príncipe que te rescate. Ha, ha, ha. No lo habrá. Y yo estaré contigo por siempre, eres tan fácil de enfadar, y eso me divierte. Juntos podríamos hacer grandes cosas. Ay, si pillásemos a la cantante esa. Mmm, se me cae la baba de solo pensarlo. Hace siglos que no estoy con una mujer… Aunque la pelo zanahoria, no está tan poco mal, sólo que aun es muy cría para mi gusto. ¿En eso estamos de acuerdo verdad? Me gustan ya bien formaditas. Kain no soportaba a aquel individuo más, no se callaba dijese lo que le dijese. Así que decidió callarse y no responderle más. -ESHERIAN: ¿A qué tu también lo estas deseando? Tus pensamientos no son secretos para mí, eres como un libro abierto para mí. Lo que te pasa es que eres demasiado inocentón, te contentas con poco, ¿sólo piensas en ella dando paseos, y bailando? ¡Serás soso! Lo que una moza necesita es más meneo, ya sabes lo que quiero decir. ¿Eh? ¿Eh? ¿Di algo no? O prefieres que te de ideas, parece que la moza aun no la han catado, mmmm… ya tengo experiencia en eso ¿sabes? Me gustan más así, como gritan las condenadas la primera vez ¡ja, ja, ja! Kain caminaba pesadamente agarrándose la cabeza, le dolía una barbaridad y aquel loco no hacía otra cosa que mostrarle imágenes desagradables. Intentó pensar en Albo su fiel amigo, el primer amigo que le hizo compañía en sus momentos de soledad. ¡Ah no, no, no! No me cortes el rollo y me cambies el tema, deja de pensar en el maldito lobo, ¿Vale? Para, para ya por favor. Dios que cursería lo de los lametazos. ¿Quieres pensar en el lobo?, ¿Eh?, ¿Eh? Bien, bien, pues entonces lo que podemos hacer es agarrarlo por las patas y estirarlo, hasta desencajarle todos los huesos, Crack, Crack le oyes gritar ¿verdad? Ja, ja, mira como aúlla de dolor, ¿y si nos lo comemos vivo? ¡Síi! Pero primero hay que tostarlo un poquito, y luego le quitamos la piel. Mmmm carne tostada, y el bicho gritando y ahora le hincamos el diente, y que jugosito, notas como la sangre calentita acaricia tu paladar, me encanta el sabor de la sangre. Hay que reconocer que a Red también tiene un buen gusto con esas cosas. ¡Mwua, ha, ha, ha! El me enseñó todo sobre el arte de descuartizar. Yo antes era un paraote como tu, un chaval sin futuro, pero luego fui un Dios, ¿me oyes? Sí yo fui un Dios, tenía templos en todas las ciudades, y sacerdotisas vírgenes que me adoraban. Hasta que Red, quiso ir más allá… Kain aborrecía todas aquellas imágenes horribles que le iba mostrando aquel depravado. Kain intentaba pensar en otras cosas para que le dejase tranquilo. Pensaba en la lluvia, el sol, un bonito bosque, las preciosas casas de Lusitaurus… Pero Aquel demonio no hacía más que rebuscar en su cabeza y le mostraba macabras imágenes, distorsionando las que le gustaría recordar. Si recordaba algo sobre sus amigos les veía muertos, desmembrados y despellejados. No sabía porque aquel individuo disfrutaba mostrándole aquellas cosas. En ocasiones Kain conseguía despejar su mente y pensar en cosas que no le importaran, como simples rocas, agua. Y durante unos momentos aquel perverso acompañante le dejaba tranquilo pero siempre hallaba la forma de desquiciarle. Sentía que si seguía así mucho tiempo acabaría por volverse loco. Kain siguió vagando por aquel pesado sueño hasta que por fin se topó con el monolito de una ciudad. Era de un material negro y brillante, como el de su armadura. Leyó la inscripción de aquel monolito. “Zorken: Ciudad de la sabiduría, aquí viajero en busca de conocimiento serás bien recibido.” -KAIN: ¿Por qué está esta ciudad arrasada? ¿Me habéis utilizado para hacer esto? ¿O acaso planeáis hacer esto? -ESHERIAN: No, amigo, no hemos sido nosotros, pero habría estado bien, ¿verdad? Así que estás en Zorken, que cerquita que estás. Primero resolveré unos asuntillos con mi nuevo amigo. Y después iremos a por ti. ¡Ha, ha, ha, ha! -KAIN: ¿Qué quieres decir maldito? ¿A quién posees ahora? -ESHERIAN: Ah, no, si no, no sería una sorpresa, es alguien que conocemos, que casualidad ¿verdad? -VOZ SURRANTE: Shhhh… No le sigas el juego Kain, Ignórale -KAIN: ¿Y ahora, qué pasa? ¿Quién eres tú? -VOZ SURRANTE: No les escuches, pasa de ellos, sigue la luz y te mostraré algo. -KAIN: ¿Te conozco? -ESHERIAN: ¿Qué pasa? ¿Por qué hay estas interferencias? ¡Ya no te veo! ¡Eh! ¡Dónde estás! ¿Con quien hablas ahora? Kain dejó de hacer caso a las voces del esherian y siguió aquella luz blanca, a medida que se alejaba las quejas del esherian se le iban haciendo inaudibles. A lo lejos en lo alto de una colina vio una figura femenina con un vestido blanco y vaporoso que se movía con el viento. La joven recogió la onda de luz que le había enviado y se dio la vuelta. La luz era tan cegadora que no podía ver su rostro. Pero hubo algo que le llamó mucho la atención a Kain, la joven llevaba un colgante morado. -VOZ: ¿Ya estás mejor? -KAIN: Si gracias, ya no siento el dolor de antes… ¿Quién eres? ¿Dónde estamos? -VOZ: Eso no es lo importante ahora, Necesito que me escuches. No tenemos mucho tiempo. -KAIN: Pero primero, ¿podrías hacer algo con la luz?, hay demasiada. -VOZ: Lo siento, yo no tengo el control sobre eso, estás sumergido en la oscuridad y lo no oscuro te parece luminoso y te ciega. -KAIN: Si, debe de ser eso de la afinidad con la oscuridad,- dijo con resignación- pero aun así… Por cierto que es lo que querías decirme. Esa voz, ¿Yo te conozco verdad? -VOZ: Bueno, en primer lugar quería decirte que no tienes que escuchar las voces de ellos, simplemente olvídalos y te dejaran en paz. El problema empezó cuando comenzaste a recordad. -KAIN: ¿A que te refieres? Ya había intentado ignorarles antes, pero hasta que no viniste tú no se callaron ¿Sabes quien soy yo? ¿Conoces mi pasado? -VOZ: No, pero sí sé quien serás. -KAIN: ¿Eh? ¿Qué quieres decir? -VOZ: No te lo puedo decir hasta que no esté segura del todo. Quiero ayudarte, aunque todavía no sé si fiarme de ti todo, augura que me traicionarás, por eso prefiero que no sepas quien soy. -KAIN: ¿Te traicionaré? -VOZ: No preguntes más por favor- dijo con tristeza. -KAIN: Esta bien, pero si no quieres que no pase algo lo mejor sería que me lo dijeras ¿no? -VOZ: Me tengo que marchar ya… -KAIN: ¡No, espera! ¡No te vayas! -VOZ: Te dejo en buenas manos. -KAIN: Espera, creo que ya sé quien eres. -VOZ: Sólo una última cosa, no me guardes rencor por esto, pero si no, no podrás despertar. La chica se acercó velozmente hacia Kain y posó su mano sobre su coraza, durante unos instantes sus miradas se cruzaron y pudo ver los ojos de la joven, uno morado y otro verde, acto seguido Kain sintió una fuerte descarga y un dolor insoportable hasta que todo se le volvió negro. -KAIN: ¡Agggggggggggggggh! Kain había conseguido despertarse. Ya era el amanecer de un nuevo día y permanecía sentado en la cama temblando y sudando por el dolor. Su corazón iba a cien por hora y del pecho de su armadura salía un poco de humo. Su coraza había quedado deformada, y ahora tenía grabada la huella de una mano en el centro. Estaba bastante aturdido y tenía vagos recuerdos de aquella pesadilla. Sólo recordaba que alguien le atormentaba, y por último una mujer que le daba una descarga de energía en el pecho. Hizo memoria sobre lo sucedido hasta que repentinamente rebuscó en sus bolsillos y sostuvo entre sus mano el pasador de pelo que le había dejado la chica que conoció en el baile. ¿Quién sería ella?, se preguntó extrañado. Cuando volvió en sí se preocupó por su actual situación y por la de sus amigos. -KAIN: ¿Dónde estoy?... "No estoy lleno de sangre, mis amigos lograrían escapar"-dijo con gran alivio. Miró hacia arriba y a su alrededor, estaba en un refugió excavado en la roca. Se hallaba en una confortable cama, a su izquierda se encontraba la cama de Beatrix y la derecha la de Zappa. Sorprendido por esto se levantó de la cama corriendo e intentó despertarles. -KAIN: ¡Beatrix!, ¡despierta, despierta!- la zarandeó suavemente, pero la joven no se despertaba, después lo intentó con Zappa.- Zappa, Amigo mío, ¿Estás herido? Despierta Zappa, soy yo, Kain.- Zappa tampoco se movía y quedó sorprendido cuando vio quien se encontraba en la cama a la derecha de Zappa. -KAIN: ¿Albo?-¿tú también estás en una cama? -dijo muy sorprendido al ver al animalito al igual que una persona tumbadito y con la cabecita apoyada en la almohada. -ZREIN: A ver, él no iba a ser menos.- por la puerta entró la niña hechicera que le había liberado de Red Shadow. Estaba sonriente y feliz, a la vez que sorprendida por ver a Kain recuperado-. El caballo ya está recuperado y se encuentra ahora en el prado paciendo.- dijo tímidamente.- Bueno perdóname por no habarme presentado antes, Kain. – La niña carraspeó y se presentó cordialmente.- Buenos días yo soy Zrein....... Zrein Aralcana, Sinkarix Lajonih, Zelaznog Siraknix. -KAIN: Oh, vaya tienes un nombre muy peculiar…-y pensando- "…E imposible de recordar". -ZREIN: No sé si te acordarás de mí, pero os rescaté de las garras de aquel demonio rojo. -KAIN: Te lo agradezco de veras. No recuerdo muy bien lo que pasó, pero si que me acuerdo de ti. -ZREIN: De nada… -KAIN: Gracias también por cuidar de mí y de mis amigos. ¿Cómo nos encontraste? -ZREIN: Verás- dijo mientras sostenía los pergaminos entre sus manos.- Ella era la que tenía que haber ido a por vosotros pero no pudo ser. -KAIN: ¿Ella? -ZREIN: Luego te lo explico. Bueno, ahora que eres libre, no sé muy bien que podrá pasar… -KAIN: Entonces… ¿Estoy libre? -ZREIN: Bueno... puede que no por mucho tiempo…-Le dijo algo preocupada-, quizás intente meterse de nuevo en ti, es muy poderoso, tuve que salir corriendo, y yo no suelo hacer esas cosas… - La chica bajó el tono al final de la frase como avergonzada. -KAIN: Parece como si ya estuvieses acostumbrada a ese tipo de cosas. -ZREIN: Y no lo estoy, son las otras.- dijo mientras agachaba la cabeza -KAIN: ¿Las otras? -ZREIN: ¿Qué te ha pasado en la coraza?- Zrein cambió de tema y se fijó extrañada en la armadura de Kain.- Eso no lo tenías cuando te rescaté… -KAIN: Durante mi pesadilla, alguien me hizo esto, todavía me duele, pero según ella si no lo hubiese hecho no habría despertado. -ZREIN: Eso es porque habías quedado maldito por Red Shadow.- dijo en tono serio y amenazador- ¿Sabes quien te lo hizo? – Kain quedó extrañado por el cambio de comportamiento de la chiquilla. Ella se dio cuenta y se tapó la boca con las manos y puso cara de angustia. -KAIN: No lo sé, pero llevaba un colgante igual que el tuyo.- Kain empezó a desconfiar un poco por el comportamiento de la muchacha.- Ya he visto a algunas personas, que lo llevaban, Ahora no sé si pensar si es algo especial o muy común. -ZREIN: ¿Hay más gente que lo lleva?- dijo decepcionada sujetando el amuleto. -KAIN: Sí un mago nómada con el que me encontré frente al bosque de Tanne, una artista que estuvo en Lusitaurus, la dama de luz en mi pesadilla, y ahora tú.- Aun no estaba muy seguro de que si la señorita del baile era la misma que la de su pesadilla. Y sí aquella criatura que le había ayudado había tomado la forma de la chica para hacerle sentirse mejor… -ZREIN: Según me habían dicho en la carta era una pieza única, esta hecho de Kasengterita. -KAIN: ¿Qué carta? ¿Puedo verla? -ZREIN: Ehh… mejor que no… -KAIN: ¿Y por qué no?- dijo molesto -ZREIN: Porque no te iba a gustar lo que viene en ella…. -KAIN: Razón de más para leerla. -ZREIN: ¿Tú confías en el escritor de estas cartas? Porque yo no. -KAIN: ¡Esa es mi carta!, ¿de dónde la has sacado?- Dijo Kain enojado al reconocer su carta. -ZREIN: La llevaba tu amiga, ella también tenía otra igual. Sólo la he tomado prestada para comprobar una cosa. -KAIN: ¿Beatrix?- dijo extrañado -ZREIN: Sí, y la esherina también… -KAIN: ¿A quien te refieres? ¿esherina? Zrein señaló a la cama de la niña. -ZREIN: Ella es Reia. Kain se acercó y fue a ver a la pequeña. -KAIN: ¿Qué le ha pasado? -ZREIN: Fue un accidente… -KAIN: ¿Dices que esta niña tenía que estar con nosotros? -ZREIN: Sí, ella tenía que haberte rescatado en lugar de yo. -KAIN: ¿Me dejas ver las cartas? -ZREIN: Te dejo la de tu amiga, pero las de la niña y la mías no las puedes ver. -KAIN: ¿Qué es lo que ocultas? ¿Porque me las has enseñado tan descaradamente y ahora no me las quieres dejar? -ZREIN: Ellas no me dejan… -KAIN: ¿Ellas? -ZREIN: Ya no se callan...- Dijo con tristeza- extendió el brazó con dificultad y se las entregó a Kain que las cogió extrañado. -ZREIN: Pero la otra me obliga a hacerlo…- la niña quedó temblando y sacó de un bolsillo de su falda el frasco de pastillas.- Ya sólo me queda una… -KAIN: ¿Qué es lo que te pasa pequeña?- Kain empezó a preocuparse por la niña, sentía que algo en el interior de la muchacha le atormentaba. -ZREIN: No lo sé- dijo con una mirada triste.- Pensé que a lo mejor tu me podrías dar alguna respuesta pero veo que no. ¿Nos conocemos de antes? -KAIN: Pues… no sé que decirte no recuerdo mi pasado. – No es la primera vez que me hacen esta pregunta, algo raro pasa con los que portan el colgante morado. -ZREIN: ¿No lo recuerdas? -KAIN: ¿Me conoces entonces?- dijo Kain muy intrigado. -ZREIN: En persona no, pero he tenido pesadillas en las que aparecías tu. -KAIN: ¿Pesadillas? Kain posó su mano sobre el hombro de Zrein y tuvo una breve visión Se veía a si mismo en un bosque bajo la lluvia, no llevaba su armadura, y estaba muy mal herido, intentando mantenerse en pie. -KAIN: ¿Que ha sido eso?- Dijo asustado. -ZREIN: No lo sé… esa visión no la había tenido antes. ¿Tú también la has visto? -KAIN: Zrein necesito saber más de esas visiones tuyas, quiero saber que es lo que viste. -ZREIN: Es que… son muy confusas, solo las veo… a trozos. -KAIN: Quisiera ver más. -ZREIN: Mejor que no… son muy dolorosas, pero si quieres te cuento lo que he visto. -KAIN: Te lo agradezco -ZREIN: Llevo soñando contigo desde hace un mes o así, todo comenzó cuando que llegué a este lugar. Desde siempre he soñado con gente a la que no he conocido nunca… Por eso me causó mucho impacto encontrarme contigo. Ni siquiera creía que fueses real. -KAIN: ¿Eres adivina o algo? -ZREIN:¡Más quisiera yo!, Ya me gustaría saber lo que me espera, por alguna razón sé lo te puede pasar a ti, pero no tengo ni idea de mi propio destino. Pero he visto que he sido capaz de cambiar lo que tenía que haber sucedido. Kain en mi peasadilla, tú acabastes con tus amigos y arrasaste la ciudad de Lusitarus. -KAIN: Eso es lo que me dijo el esherian, la noche anterior a que me encontrases, aquel individuo me mostró imágenes de cómo acababa con mis amigos- dijo entristecido. -ZREIN: ¿El esherian? -KAIN: ¿Sabes lo que es? -ZREIN: Sí, un esherian es alguien capaz de invocar a los eshers, también se les conoce por los elegidos. Se dice que apenas habrá un centenar en este mundo. Tú también eres un esherian Kain. -KAIN: ¿Yo también? -ZREIN: Lo que pasa es que aun no has encontrado a tu esher protector. Esa es una de las razones por las que te eligió Red Shadow. -KAIN: ¿Y como sabes esas cosas? -ZREIN: No sabía que las sabía… -KAIN: Entonces la otra niña que está en la cama, ¿también es una esherian? -ZREIN: Bueno ella es distinta, es una esherina, en la carta decía que ella era la única pura que existía en este mundo. Se supone que ella podría invocar a cualquier esher del lado de la luz. Los esherians solo pueden invocar a los eshers de su elemento afín, y muchas veces necesitan de algún elemento mágico que les ayude. Una gema de kasenterita por ejemplo… -KAIN: Entonces tú también eres una esherian. -ZREIN: No, los esherians son humanos especiales, yo no soy totalmente humana. -KAIN: ¿Y qué es lo que eres? -ZREIN: … una raza maldita en este mundo.-dijo con tristeza. -KAIN: ¿Quién dice eso? -ZREIN: Las cartas de la esherina…- rápidamente esquivó el tema y le preguntó a Kain por el esherian de su pesadilla. – ¿Dices que había un esherian en tu pesadilla? -KAIN: Sí un tipo paliducho con el mismo color de pelo que yo. Me dijo que le gustaría poseer tu energía o algo así. -ZREIN: ¡No!- dijo echandose hacia atrás asustada. -KAIN: ¿Qué te pasa? -ZREIN: De donde yo vengo… cuando era pequeña me usaban… para extraerme mi energía…-dijo sollozando. -KAIN: No te preocupes, no le permitiré que te haga daño.- Kain intentó abrazarla para consolarla, pero notó que aquella niña temerosa era reacia al contacto humano. Sacó de su bolsillo un pañuelo y se lo ofreció, Zrein dudó durante unos segundos y después lo cogió para sonarse con fuerza después. ¿De donde vienes Zrein? La muchacha más tranquila continuó hablando: -ZREIN:…. No he recuerdo a nadie que concuerde con esa descripción…-dijo mientras hacía memoria.- Los sucesos no están pasando exactamente como en mis sueños. Se suponía que yo no debería estar aquí. La esherina tenía que haberte encontrado tras la destrucción de Lusitarus, en mi sueño ella te ayudó a sellar temporalmente el poder de Red Shadow, además te iba a compañar a Dharma y juntos tendríais que haber ido a por el Esher de Fuego. Pero ni tus amigos Zappa, Beatriz, Albo ni Bokko hubiesen podido ir, ellos tenían que haber perecido ayer… Respecto a mi procedencia es difícil de explicar…, vengo de otro lugar, y creo que no pertenece a este mundo… -KAIN: ¿De otro mundo? -ZREIN: Es que no lo sé muy bien… este lugar es tan extraño para mí, nunca había visto ni bosques, ni rios, ni tan siquiera el sol. -KAIN: ¡Pero lo que dices no tiene lógica! ¿Cómo era aquel lugar? -ZREIN: Era una prisión, me tenían encerrada y explotada, me pasaba horas sentada en una silla, sufriendo mucho dolor, lo hacían para extraer mi energía. Y cuando tenía ocasión de dormir soñaba con otras vidas lejos de allí. A veces soñaba cosas bonitas pero otras veces soñaba con cosas horribles, gente sufriendo y muriendo. En ocasiones soñaba con la vida de ellas, Pero ahora las voces de ellas están siempre en mi cabeza. -KAIN: ¿Ellas? -ZREIN: No sé como son, sólo sé lo que vieron y lo que hicieron… todas luchan por hacerse con el control de mi cuerpo, a veces hablan por mí, y me hacen hacer cosas que contradicen mi voluntad. -KAIN: Como Red Shadow… -ZREIN: Bueno creo que son cosas distintas, pero tienen muchas cosas en común, llevo toda mi vida soñando con ellas hasta que… después de aquel… La niña echó a llorar y no pudo continuar, esta muy nerviosa y parecía haber estado sola con su dolor durante muchísimo tiempo. -ZREIN: Si me disculpas me iré a descansar no me encuentro bien… -KAIN: Esta bien, ya hablaremos luego cuando te sientas mejor. Kain aprovechó entonces para leer las cartas que le había entregado la niña, comprobó que tanto Reia como Zrein ya había recibido varias cartas. No sabía muy bien por cual empezar, ni el orden de estas. La primera carta que leyó fue la de Zrein en la que decía que debía rescatar a la princesa Reia en la ciudad de Zorken. Kain recordó su sueño, el monolito de neizril con el nombre de la ciudad de Zorken. Parecía que aquella carta había sido escrita por la misma persona que le había enviado a Albo, esto le desconcertó un poco. ¿Cuántos más habrían recibido cartas como esta? ¿Tendría ocasión de encontrarles? ¿Serán estos los elegidos que le mencionó Mórgenes? ¿Por qué el autor del pergamino no le había hablado de ellos? ¿Cuándo recibiría más noticias suyas? Aquella carta poco le había aclarado, y se preguntaba como alguien mandaba a una niña pequeña a rescatar a otra. Decidió leer entonces la carta de la princesa: “Princesa Reia, un viajero ” GEA ZERO 4 PESADILLAS
"Estimada Princesa Reia, como presentíais desde hace unos días un gran peligro amenaza la seguridad de nuestro mundo. Debeis partir aprisa hacia la aldea de Freezelen, y salvar a un muchacho que ha sido tocado por la oscuridad. Nada se puede hacer ya por la aldea de Celacres, pero aún estais a tiempo de salvar muchas almas. No olvideis llevar vuestro preciado colgante, os será muy util en en futuro. Y sobre todo tened mucho cuidado con Red Shadow. Muy pronto recibireis más noticias mías."
Aquella niña que se hallaba en la cama tenía que haber llegado en su ayuda, ¿por qué no le habría dicho el autor del pergamino nada sobre ella? Demasiado misterioso... Afortunadamente para él había llegado Zrein y parecía que había realizado el cometido de Reia, salvarle de la maldición de Red Shadow.
La siguiente carta era para Beatrix... otra pobre jovencita obligada destinada a viajar con él. Kain miró a la muchacha que yacía en la cama, tenía un sueño inquieto al contrario que Zappa que roncaba placidamente.
KAIN: Así que Beatrix también... Al final voy a encontrarme con todos aquellos con los que Mórgenes no quería que me cruzase.
Se sorprendió al comprabar que en la carta de Beatrix le decían que iba a conocer pronto al alguien que cambiaría el destino del mundo.
KAIN: "Me preguntó quien será capaz de hacer algo así, será un cambio para bien o para mal. Todo esto me huele a chamusquina, porque no nos informaran a todos los supuestos elegidos de lo que tenemos que hacer... Yo no lo elegí este destino..."
Cuando iba a leer la ultima carta de Reia Zrein vino y se la quitó de las manos bruscamente.
KAIN:¡Eh! ¿qué haces?
ZREIN:He cambiado de idea, lo que viene en estas cartas a ti no te concierne...
KAIN: ... ¿Ya estás mejor?- dijo extrañado por el comportamiento de la muchacha
ZREIN: Si te refieres a que si se me ha pasado la sensibleria, sí.Ya no me necesitais más, tus compañeros despertarán pronto, la chica sabrá curar a la niña.
KAIN: Comprendo... ¿Quién eres en realidad?
ZREIN:
-KAIN: Eres muy joven ¿no? Tendrás unos... -ZREIN: No hace falta que la adivines.-dice un poco enfadada no queriendo admitir que aparenta mucha menos edad- Aún tengo 15, mañana tendré 16. -Kain: ¿Mañana es tu cumpleaños Zerein? -ZREIN: Zrein -KAIN: Disculpa Zrein -ZREIN: Verás no, ni siquiera tengo un año de vida...... -KAIN: ¿Eh? -Dice estupefacto creyendo haber odio mal. -ZREIN: Debo marcharme ahora, tus amigos despertaran pronto... -KAIN: ¡No te vayas! ¡Espera! -ZREIN: Pertenecemos a mundos distintos, no debo permanecer en este lugar mucho tiempo. Además puedo ser peligrosa, hazte a la idea que a mí me pasa lo mismo que te pasaba a ti. A veces, me poseen unos seres extraños de mis sueños, debo irme ahora antes de que vuelva a soñar con ellos, esta noche lo haré... Cuando cumpla 16 linles yo me volveré tan peligrosa como tú cuando sangrabas, toma este amuleto Le dice mientras le da un colgante con cadena de mitrhil plateado y una piedra negra de una tonalidad violácea, que por el brillo parece ser una materia mágica. KAIN: ¿Para qué sirve? -ZREIN: Tiene un cierto poder mágico, cuando te veas en peligro agárralo con una mano y con la otra a uno de tus amigos y este a otro para formar una cadena, cerrad todos los ojos y seréis tele-transportados a un lugar seguro, en la habitación de al lado.- dice mientras señala a una puerta blanca y metálica.- Pero no la abras desde fuera, solamente para salir de ella, NUNCA entres a menos que lo hagas con el Amuleto Zondrian, sino ocurriría algo terrible. -KAIN: Pero... -ZREIN: En ese armario están vuestras cosas y algunas más que os he comprado a demás de 10.000 gils. -KAIN: Vaya muchas gracias…-dice sorprendido por la generosidad. -ZREIN: Bueno hasta pronto y ten cuidado con Red Shadow posiblemente haya encontrado un nuevo huésped y que nos busque para vengarse. Te recomiendo que no te enfrentes a él y que salgas "cagando leches". -KAIN: ¿Eh?-dice sorprendido ante la jerga de la chica- Lo siento pero debo derrotarle. -ZREIN: Tú mismo. Si te ves en problemas, ya sabes, utiliza el amuleto y procura no tele-transportar a más de 50 personas a la vez ¡Apareceríais todos en la habitación muy apelotonados!, y si os excedéis a unas 70 personas muchos moriríais, de una forma bastante desagradable por cierto-dice estremeciéndose de la idea.- Mejor no entremos en detalles. -KAIN: Esta bien lo tendré presente, no creo que tengamos que usarlo con tanta gente. -ZREIN: Bueno yo me iré a mi otro refugio en los montes Nibel, por favor no valláis nunca por allí es muy peligroso. -KAIN: ¿Entonces por qué te refugias allí? -ZREIN: Se cuidar de mi misma, a demás los monstruos de relámpago que allí habitan, a mi no me afectan sus ataques, pero tu con esa armadura serías perfectamente electrocutado en un momento. -KAIN: Quizás tengas razón… -ZREIN: Os dejo con una chica que aun no se ha recuperado.-dice conduciéndole a otra habitación- La encontré en Corel una ciudad que fue arrasada, por mí posiblemente,-dice tristemente-, en uno de mis arrebatos de locura, no le habléis de mi por favor, según un colgante se llama Rydia, cuidadla en mi ausencia por favor. Bueno he de marcharme. -KAIN: observa a la muchacha de pelo verde llena de vendas en una cama de la otra habitación entonces escucha a Zrein conjurando… Zrein: ¡Esher canshüa zrámenen âx shùa! Y ante la mirada atónita de Kain, Zrein desapareció. Fin capítulo 2
Fin del capítulo Primero 21 de Junio de 3999 de la Era de la luz ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ ~~~~~~~~~~~~~~~~~~
•Proyecto Kain Online 2002-2004 http://kain.ya.st •Proyecto Gea Zero 2008 http://zrein.aowc.net
-Idea Base original por “Zrein_Sinkarix” (AGH) Noviembre 2002
- Corrección y adaptación de la historia por Zrein Sinkarix
-Revisiones por Shalywa Zwee Reia por “Yaguete”
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Zrein_Sinkarix · Thu Jul 10, 2008 @ 08:26am · 0 Comments |
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