Compañer@s, hoy les escribo a ustedes y a mi. A nostr@s, l@s que tras esas clases ríen, lloran, cantan, maldicen, se molestan, se tranquilizan, se encienden, se apagan, se duermen, revisan el celular, garabatean sinsentido en los cuadernos, toman nota, asienten, se distraen. A nosotr@s, las que a veces, seguras tras nuestras cuatro paredes tenemos la sensación de poder lograr algo, por mínimo que sea, a nosotr@s, que a veces estamos a punto de tocar el cielo en el suelo, de creer, de esperar por cosas mejores. A nosotr@s, que nos frustamos cuando nos damos cuenta que no es así, que nos abrazamos con cariño, con ternura, como a un espejo de nosotr@s mismos y nos decimos "Todo va a estar bien, algo vamos a lograr..." Y atrás de las dulces palabras, en el dorso de la lengua sentimos como se extiende una sensación amarga, y pegajosa, que se queda allí, que nos carcome el alma.
A nosotr@s, que cada vez que nos encontramos en el mundo real pensamos en esas paredes en ese café, en ese almuerzo, en ese espacio seguro, donde van a enteder lo que decimos. Pero la realidad golpea, y golpea más y más fuerte con tal de que caigamos, no importa cuando tiempo pasemos curandonos bajo los árboles de la 24, siempre las heridas terminan por reaparecer cuando cruzamos esa acera a por el bus.
Es como si otra luz iluminará, una luz neón y fuerte, que encandila, que duele, a diferencia de nuestra preciada luz colada entre los árboles. A veces vemos rastros de esa luz neón dentro de nuestro territorio...¿Es nuestro? Y entonces todo es más doloroso, como quien dentro de su propia casa encuentra un ladrón amenazando con destruir la poca seguridad que queda del mundo. Entonces nos deprimimos, entendemos que si no podemos hacer nada por nuestro mundo -ese mundo perfecto con todos sus múltiples errores, ese mundo del que a veces queremos escapar cada Noviembre- no podemos hacer nada por aquel otro mundo, el de afuera, el basto, el de la luz Neon que más duele.
Nuevamente con dulzura corremos a los brazos de otr@s mientras abrimos los propios, como si pudieramos entrelazar todos los brazos, formar una barricada de cuadernos, antologías y lápices, y mantenernos sujetos de las manos contra las estampidas del mundo. Pero no podemos...¿verdad?
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Very bored as you can see c:
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Yue Koh
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